MIÉRCOLES DE LA XXX SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, feria

Leccionario

Primera lectura

Ef 6, 1-9

“No como quien sirve a los hombres, sino como esclavos de Cristo”

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios.

Hijos, obedeced a vuestros padres en el Señor, porque eso es justo. «Honra a tu padre y a tu madre» es el primer mandamiento al que se añade una promesa: «Te irá bien y vivirás largo tiempo en la tierra». Padres, no exasperéis a vuestros hijos; criadlos educándolos y corrigiéndolos según el Señor. Esclavos, obedeced a vuestros amos de la tierra con respeto y temor, con la sencillez de vuestro corazón, como a Cristo. No por las apariencias, para quedar bien ante los hombres, sino como esclavos de Cristo que hacen, de corazón, lo que Dios quiere, de buena gana, como quien sirve al Señor y no a hombres. Sabed que lo que uno haga de bueno, sea esclavo o libre, se lo pagará el Señor. Amos, comportaos también vosotros del mismo modo, dejándoos de amenazas; sabéis que ellos y vosotros tenéis un amo en el cielo y que ese no es parcial con nadie.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 144, 10-11. 12-13ab. 13cd-14 (R.: 13c)

R.El Señor es fiel a sus palabras.

V.Que todas tus criaturas te den gracias, Señor, que te bendigan tus fieles. Que proclamen la gloria de tu reinado, que hablen de tus hazañas.

R.El Señor es fiel a sus palabras.

V.Explicando tus hazañas a los hombres, la gloria y majestad de tu reinado. Tu reinado es un reinado perpetuo, tu gobierno va de edad en edad.

R.El Señor es fiel a sus palabras.

V.El Señor es fiel a sus palabras, bondadoso en todas sus acciones. El Señor sostiene a los que van a caer, endereza a los que ya se doblan.

R.El Señor es fiel a sus palabras.

Aleluya

Cf. 2 Tes 2, 14

R.Aleluya, aleluya, aleluya.

V.Dios nos llamó por medio del Evangelio para que lleguemos a adquirir la gloria de nuestro Señor Jesucristo.

R.Aleluya, aleluya, aleluya.

Evangelio

Lc 13, 22-30

“Vendrán de oriente y occidente, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios”

+Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

En aquel tiempo, Jesús pasaba por ciudades y aldeas enseñando y se encaminaba hacia Jerusalén. Uno le preguntó: «Señor, ¿son pocos los que se salvan?». Él les dijo: «Esforzaos en entrar por la puerta estrecha, pues os digo que muchos intentarán entrar y no podrán. Cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta, os quedaréis fuera y llamaréis a la puerta diciendo: “Señor, ábrenos”; pero él os dirá: “No sé quiénes sois”. Entonces comenzaréis a decir: “Hemos comido y bebido contigo, y tú has enseñado en nuestras plazas”. Pero él os dirá: “No sé de dónde sois. Alejaos de mí todos los que obráis la iniquidad”. Allí será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán, a Isaac y a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, pero vosotros os veáis arrojados fuera. Y vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios. Mirad: hay últimos que serán primeros, y primeros que serán últimos».

Palabra del Señor.

MARTES DE LA XXX SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, feria

Leccionario

Primera lectura

Ef 5, 21-33

“Es este un gran misterio: y yo lo refiero a Cristo y a la Iglesia”

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios.

Hermanos:

Sed sumisos unos a otros en el temor de Cristo: las mujeres, a sus maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, como Cristo es cabeza de la Iglesia; él, que es el salvador del cuerpo. Como la Iglesia se somete a Cristo, así también las mujeres a sus maridos en todo.

Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a su Iglesia: Él se entregó a sí mismo por ella, para consagrarla, purificándola con el baño del agua y la palabra, y para presentársela gloriosa, sin mancha ni arruga ni nada semejante, sino santa e inmaculada. Así deben también los maridos amar a sus mujeres, como cuerpos suyos que son.

Amar a su mujer es amarse a sí mismo. Pues nadie jamás ha odiado su propia carne, sino que le da alimento y calor, como Cristo hace con la Iglesia, porque somos miembros de su cuerpo.

«Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne».

Es este un gran misterio: y yo lo refiero a Cristo y a la Iglesia.

En una palabra, que cada uno de vosotros ame a su mujer como a sí mismo, y que la mujer respete al marido.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 127, 1bc-2. 3. 4-5 (R.: cf. 1b)

R.Dichosos los que temen al Señor.

V.Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos. Comerás del fruto de tu trabajo, serás dichoso, te irá bien.

R.Dichosos los que temen al Señor.

V.Tu mujer, como parra fecunda, en medio de tu casa; tus hijos, como renuevos de olivo, alrededor de tu mesa.

R.Dichosos los que temen al Señor.

V.Esta es la bendición del hombre que teme al Señor. Que el Señor te bendiga desde Sion, que veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida.

R.Dichosos los que temen al Señor.

Aleluya

Cf. Mt 11, 25

R.Aleluya, aleluya, aleluya.

V.Bendito seas, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado los misterios del reino a los pequeños.

R.Aleluya, aleluya, aleluya.

Evangelio

Lc 13, 18-21

“El grano creció y se hizo un árbol”

+Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

En aquel tiempo, decía Jesús:

«¿A qué es semejante el reino de Dios o a qué lo compararé?

Es semejante a un grano de mostaza que un hombre toma y siembra en su huerto; creció, se hizo un árbol y los pájaros del cielo anidaron en sus ramas».

Y dijo de nuevo:

«¿A qué compararé el reino de Dios?

Es semejante a la levadura que una mujer tomó y metió en tres medidas de harina, hasta que todo fermentó».

Palabra del Señor.

Martes 24 de Mayo 2022

MARTES DE LA VI SEMANA DE PASCUA, feria



Primera lectura

Hch 16, 22-34

“Cree en el Señor Jesús y te salvarás tú y tu familia”

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles.

En aquellos días, la plebe de Filipos se amotinó contra Pablo y Silas, y los magistrados ordenaron que les arrancaran los vestidos y que los azotaran con varas; después de molerlos a palos, los metieron en la cárcel, encargando al carcelero que los vigilara bien; según la orden recibida, él los cogió, los metió en la mazmorra y les sujetó los pies en el cepo.

A eso de media noche, Pablo y Silas oraban cantando himnos a Dios. Los presos los escuchaban. De repente, vino un terremoto tan violento que temblaron los cimientos de la cárcel. Al momento se abrieron todas las puertas, y a todos se les soltaron las cadenas. El carcelero se despertó y, al ver las puertas de la cárcel de par en par, sacó la espada para suicidarse, imaginando que los presos se habían fugado. Pero Pablo lo llamó a gritos, diciendo:

«No te hagas daño alguno, que estamos todos aquí».

El carcelero pidió una lámpara, saltó dentro, y se echó temblando a los pies de Pablo y Silas; los sacó fuera y les preguntó: «Señores, ¿qué tengo que hacer para salvarme?».

Le contestaron:

«Cree en el Señor Jesús y te salvarás tú y tu familia».

Y le explicaron la palabra del Señor, a él y a todos los de su casa.

A aquellas horas de la noche, el carcelero los tomó consigo, les lavó las heridas, y se bautizó enseguida con todos los suyos; los subió a su casa, les preparó la mesa, y celebraron una fiesta de familia por haber creído en Dios.

Palabra de Dios.



Salmo responsorial

Sal 137, 1bcd-2a. 2bcd-3. 7c-8 (R.: 7c)

R. Tu derecha me salva, Señor.

V. Te doy gracias, Señor, de todo corazón, porque escuchaste las palabras de mi boca; delante de los ángeles tañeré para ti; me postraré hacia tu santuario.

R. Tu derecha me salva, Señor.

V. Daré gracias a tu nombre: por tu misericordia y tu lealtad, porque tu promesa supera tu fama. Cuando te invoqué, me escuchaste, acreciste el valor en mi alma.

R. Tu derecha me salva, Señor.

V. Tu derecha me salva. El Señor completará sus favores conmigo. Señor, tu misericordia es eterna, no abandones la obra de tus manos.

R. Tu derecha me salva, Señor.



Aleluya

Cf. Jn 16, 7. 13

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Os enviaré el Espíritu de la verdad —dice el Señor—; él os guiará hasta la verdad plena.

R. Aleluya, aleluya, aleluya.




Evangelio

Jn 16, 5-11

“Si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito”

+Lectura del santo Evangelio según san Juan.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Ahora me voy al que me envió, y ninguno de vosotros me pregunta: “¿Adónde vas?”. Sino que, por haberos dicho esto, la tristeza os ha llenado el corazón. Sin embargo, os digo la verdad: os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito. En cambio, si me voy, os lo enviaré.

Y cuando venga, dejará convicto al mundo acerca de un pecado, de una justicia y de una condena. De un pecado, porque no creen en mí; de una justicia, porque me voy al Padre, y no me veréis; de una condena, porque el príncipe de este mundo está condenado».

Palabra del Señor.

Lunes 23 de Mayo 2022

LUNES DE LA VI SEMANA DE PASCUA, feria

Primera lectura

Hch 16, 11-15

“El Señor le abrió el corazón para que aceptara lo que decía Pablo”

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles.

Nos hicimos a la mar en Tróade y pusimos rumbo hacia Samotracia; al día siguiente salimos para Neápolis y de allí para Filipos, primera ciudad del distrito de Macedonia y colonia romana. Allí nos detuvimos unos días. 

El sábado salimos de la ciudad y fuimos a un sitio junto al río, donde pensábamos que había un lugar de oración; nos sentamos y trabamos conversación con las mujeres que habían acudido. Una de ellas, que se llamaba Lidia, natural de Tiatira, vendedora de púrpura, que adoraba al verdadero Dios, estaba escuchando; y el Señor le abrió el corazón para que aceptara lo que decía Pablo. 

Se bautizó con toda su familia y nos invitó: 

«Si estáis convencidos de que creo en el Señor, venid a hospedaros en mi casa». 

Y nos obligó a aceptar.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 149, 1bc-2. 3-4. 5-6a y 9b (R.: 4a)

R. El Señor ama a su pueblo.

V. Cantad al Señor un cántico nuevo, resuene su alabanza en la asamblea de los fieles; que se alegre Israel por su Creador, los hijos de Sion por su Rey.

R. El Señor ama a su pueblo.

V. Alabad su nombre con danzas, cantadle con tambores y cítaras; porque el Señor ama a su pueblo y adorna con la victoria a los humildes.

R. El Señor ama a su pueblo.

V. Que los fieles festejen su gloria y canten jubilosos en filas: con vítores a Dios en la boca. Es un honor para todos sus fieles.

R. El Señor ama a su pueblo.

Aleluya

Jn 15, 26b. 27a

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. El Espíritu de la verdad dará testimonio de mí —dice el Señor—; y vosotros daréis testimonio.

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

Evangelio

Jn 15, 26 — 16, 4a

“El Espíritu de la verdad dará testimonio de mí”

+Lectura del santo Evangelio según san Juan.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: 

«Cuando venga el Paráclito, que os enviaré desde el Padre, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, él dará testimonio de mí; y también vosotros daréis testimonio, porque desde el principio estáis conmigo.

Os he hablado de esto, para que no os escandalicéis. Os excomulgarán de la sinagoga; más aún, llegará incluso una hora cuando el que os dé muerte pensará que da culto a Dios. Y esto lo harán porque no han conocido ni al Padre ni a mí.

Os he hablado de esto para que, cuando llegue la hora, os acordéis de que yo os lo había dicho». 

Palabra del Señor.

Sábado 21 de Mayo 2022

SÁBADO DE LA V SEMANA DE PASCUA, feria



Primera lectura

Hch 16, 1-10

“Pasa a Macedonia y ayúdanos”

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles.

En aquellos días, Pablo llegó a Derbe y luego a Listra. Había allí un discípulo que se llamaba Timoteo, hijo de una judía creyente, pero de padre griego. Los hermanos de Listra y de Iconio daban buenos informes de él. Pablo quiso que fuera con él y, puesto que todos sabían que su padre era griego, por consideración a los judíos de la región, lo tomó y lo hizo circuncidar.

Al pasar por las ciudades, comunicaban las decisiones de los apóstoles y presbíteros de Jerusalén, para que las observasen. Las iglesias se robustecían en la fe y crecían en número de día en día.

Atravesaron Frigia y la región de Galacia, al haberles impedido el Espíritu Santo anunciar la palabra en Asia. Al llegar cerca de Misia, intentaron entrar en Bitinia, pero el Espíritu de Jesús no se lo consintió. Entonces dejaron Misia a un lado y bajaron a Tróade.

Aquella noche Pablo tuvo una visión: se le apareció un macedonio, de pie, que le rogaba: «Pasa a Macedonia y ayúdanos».

Apenas tuvo la visión, inmediatamente tratamos de salir para Macedonia, seguros de que Dios nos llamaba a predicarles el Evangelio.

Palabra de Dios.



Salmo responsorial

Sal 99, 1-2. 3. 5 (R.: 1)

R. Aclama al Señor, tierra entera.

V. Aclama al Señor, tierra entera, servid al Señor con alegría, entrad en su presencia con vítores.

R. Aclama al Señor, tierra entera.

V. Sabed que el Señor es Dios: que él nos hizo y somos suyos, su pueblo y ovejas de su rebaño.

R. Aclama al Señor, tierra entera.

V. El Señor es bueno, su misericordia es eterna, su fidelidad por todas las edades.

R. Aclama al Señor, tierra entera.



Aleluya

Col 3, 1

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Si habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde Cristo está sentado a la derecha de Dios.

R. Aleluya, aleluya, aleluya.



Evangelio

Jn 15, 18-21

“No sois del mundo, sino que yo os he escogido sacándoos del mundo”

+Lectura del santo Evangelio según san Juan.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Si el mundo os odia, sabed que me ha odiado a mí antes que a vosotros.

Si fuerais del mundo, el mundo os amaría como cosa suya, pero como no sois del mundo, sino que yo os he escogido sacándoos del mundo, por eso el mundo os odia.

Recordad lo que os dije: “No es el siervo más que su amo”. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra.

Y todo eso lo harán con vosotros a causa de mi nombre, porque no conocen al que me envió».

Palabra del Señor.

Miércoles 18 de Mayo 2022

MIÉRCOLES DE LA V SEMANA DE PASCUA, feria

Primera lectura

Hch 15, 1-6

“Se decidió que subieran a Jerusalén a consultar a los apóstoles y presbíteros sobre esta controversia”

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles.

En aquellos días, unos que bajaron de Judea se pusieron a enseñar a los hermanos que, si no se circuncidaban conforme al uso de Moisés, no podían salvarse. Esto provocó un altercado y una violenta discusión con Pablo y Bernabé; y se decidió que Pablo, Bernabé y algunos más de entre ellos subieran a Jerusalén a consultar a los apóstoles y presbíteros sobre esta controversia. Ellos, pues, enviados por la Iglesia provistos de lo necesario, atravesaron Fenicia y Samaría, contando cómo se convertían los gentiles, con lo que causaron gran alegría a todos los hermanos. Al llegar a Jerusalén, fueron acogidos por la Iglesia, los apóstoles y los presbíteros; ellos contaron lo que Dios había hecho con ellos. 

Pero algunos de la secta de los fariseos, que habían abrazado la fe, se levantaron, diciendo: 

«Es necesario circuncidarlos y ordenarles que guarden la ley de Moisés». 

Los apóstoles y los presbíteros se reunieron a examinar el asunto.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 121, 1bc-2. 3-4b. 4c-5 (R.: cf. 1bc)

R. Vamos alegres a la casa del Señor.

V. ¡Qué alegría cuando me dijeron: «Vamos a la casa del Señor»! Ya están pisando nuestros pies tus umbrales, Jerusalén.

R. Vamos alegres a la casa del Señor.

V. Jerusalén está fundada como ciudad bien compacta.Allá suben las tribus, las tribus del Señor.

R. Vamos alegres a la casa del Señor.

V. Según la costumbre de Israel, a celebrar el nombre del Señor; en ella están los tribunales de justicia, en el palacio de David.

R. Vamos alegres a la casa del Señor.

Aleluya

Jn 15, 4a. 5b

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Permaneced en mí, y yo en vosotros —dice el Señor—; el que permanece en mí da fruto abundante.

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

Evangelio

Jn 15, 1-8

“El que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante”

+Lectura del santo Evangelio según san Juan.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: 

«Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento que no da fruto en mí lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto. 

Vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros. 

Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. 

Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden. 

Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará. 

Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos». 

Palabra del Señor.

Martes 17 de Mayo 2022

MARTES DE LA V SEMANA DE PASCUA, feria

Primera lectura

Hch 14, 19-28

“Contaron a la Iglesia lo que Dios había hecho por medio de ellos”

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles.

En aquellos días, llegaron unos judíos de Antioquía y de Iconio y se ganaron a la gente; apedrearon a Pablo y lo arrastraron fuera de la ciudad, dándole ya por muerto. Entonces lo rodearon los discípulos; él se levantó y volvió a la ciudad. 

Al día siguiente, salió con Bernabé para Derbe. Después de predicar el Evangelio en aquella ciudad y de ganar bastantes discípulos, volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía, animando a los discípulos y exhortándolos a perseverar en la fe, diciéndoles que hay que pasar por muchas tribulaciones para entrar en el reino de Dios. 

En cada Iglesia designaban presbíteros, oraban, ayunaban y los encomendaban al Señor, en quien habían creído. Atravesaron Pisidia y llegaron a Panfilia. Y después de predicar la Palabra en Perge, bajaron a Atalía y allí se embarcaron para Antioquía, de donde los habían encomendado a la gracia de Dios para la misión que acababan de cumplir. Al llegar, reunieron a la Iglesia, les contaron lo que Dios había hecho por medio de ellos y cómo había abierto a los gentiles la puerta de la fe. Se quedaron allí bastante tiempo con los discípulos.

Palabra de Dios.

salmo responsorial

Sal 144, 10-11. 12-13ab. 21 (R.: cf. 12)

R. Tus amigos, Señor, proclaman la gloria de tu reinado.

V. Que todas tus criaturas te den gracias, Señor, que te bendigan tus fieles. Que proclamen la gloria de tu reinado, que hablen de tus hazañas.

R. Tus amigos, Señor, proclaman la gloria de tu reinado.

V. Explicando tus hazañas a los hombres, la gloria y majestad de tu reinado. Tu reinado es un reinado perpetuo, tu gobierno va de edad en edad.

R. Tus amigos, Señor, proclaman la gloria de tu reinado.

V. Pronuncie mi boca la alabanza del Señor, todo viviente bendiga su santo nombre  por siempre jamás.

R. Tus amigos, Señor, proclaman la gloria de tu reinado.

Aleluya

Cf. Lc 24, 46. 26

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Era necesario que el Mesías padeciera y resucitara de entre los muertos; y entrara así en su gloria.

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

Evangelio

Jn 14, 27-31a

“Mi paz os doy”

+Lectura del santo Evangelio según san Juan.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: 

«La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no se turbe vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: “Me voy y vuelvo a vuestro lado”. Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es mayor que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis. 

Ya no hablaré mucho con vosotros, pues se acerca el príncipe de este mundo; no es que él tenga poder sobre mí, pero es necesario que el mundo comprenda que yo amo al Padre, y que, como el Padre me ha ordenado, así actúo».

Palabra del Señor.

Jueves 12 de Mayo 2022

JUEVES DE LA IV SEMANA DE PASCUA, feria

Primera lectura

Hch 13, 13-25

“Dios sacó de la descendencia de David un salvador: Jesús.”

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles.

Pablo y sus compañeros se hicieron a la mar en Pafos y llegaron a Perge de Panfilia. Juan los dejó y se volvió a Jerusalén; ellos, en cambio, continuaron y desde Perge llegaron a Antioquía de Pisidia. El sábado entraron en la sinagoga y tomaron asiento. Acabada la lectura de la Ley y de los Profetas, los jefes de la sinagoga les mandaron a unos que les dijeran:

«Hermanos, si tenéis una palabra de exhortación para el pueblo, hablad».

Pablo se puso en pie y, haciendo seña con la mano de que se callaran, dijo:

«Israelitas y los que teméis a Dios, escuchad: El Dios de este pueblo, Israel, eligió a nuestros padres y multiplicó al pueblo cuando vivían como forasteros en Egipto. Los sacó de allí con brazo poderoso; unos cuarenta años “los cuidó en el desierto”, “aniquiló siete naciones en la tierra de Canaán y les dio en herencia” su territorio; todo ello en el espacio de unos cuatrocientos cincuenta años. Luego les dio jueces hasta el profeta Samuel. Después pidieron un rey, y Dios les dio a Saúl, hijo de Quis, de la tribu de Benjamín, durante cuarenta años. Lo depuso y les suscitó como rey a David, en favor del cual dio testimonio, diciendo: “Encontré a David”, hijo de Jesé, “hombre conforme a mi corazón, que cumplirá todos mis preceptos”. 

Según lo prometido, Dios sacó de su descendencia un salvador para Israel: Jesús. Juan predicó a todo Israel un bautismo de conversión antes de que llegara Jesús; y, cuando Juan estaba para concluir el curso de su vida, decía: “Yo no soy quien pensáis, pero, mirad, viene uno detrás de mí a quien no merezco desatarle las sandalias de los pies”». 

Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 88, 2-3. 21-22. 25 y 27 (R.: cf. 2a)

R. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.

V. Cantaré eternamente las misericordias del Señor, anunciaré tu fidelidad por todas las edades. Porque dijiste: «La misericordia es un edificio eterno», más que el cielo has afianzado tu fidelidad.

R. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.

V. Encontré a David, mi siervo, y lo he ungido con óleo sagrado; para que mi mano esté siempre con él y mi brazo lo haga valeroso.

R. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.

V. Mi fidelidad y misericordia lo acompañarán, por mi nombre crecerá su poder. Él me invocará: «Tú eres mi padre, mi Dios, mi Roca salvadora».

R. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.

Aleluya

Cf. Ap 1, 5

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Jesucristo, eres el testigo fiel, el primogénito de entre los muertos; nos amaste y nos has librado de nuestros pecados con tu sangre.

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

Evangelio

Jn 13, 16-20

“El que recibe a quien yo envíe me recibe a mí”

+Lectura del santo Evangelio según san Juan.

Cuando Jesús terminó de lavar los pies a sus discípulos les dijo: 

«En verdad, en verdad os digo: el criado no es más que su amo, ni el enviado es más que el que lo envía. Puesto que sabéis esto, dichosos vosotros si lo ponéis en práctica. No lo digo por todos vosotros; yo sé bien a quiénes he elegido, pero tiene que cumplirse la Escritura: “El que compartía mi pan me ha traicionado”. Os lo digo ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis que yo soy.

En verdad, en verdad os digo: el que recibe a quien yo envíe me recibe a mí; y el que me recibe a mí recibe al que me ha enviado».

Palabra del Señor.

Miércoles 11 de Mayo

MIÉRCOLES DE LA IV SEMANA DE PASCUA, feria

Primera lectura

Hch 12, 24 — 13, 5a

“Apartadme a Bernabé y a Saulo”

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles.

En aquellos días, la palabra de Dios iba creciendo y se multiplicaba. Cuando cumplieron su servicio, Bernabé y Saulo se volvieron de Jerusalén, llevándose con ellos a Juan, por sobrenombre Marcos.

En la Iglesia que estaba en Antioquía había profetas y maestros: Bernabé, Simeón, llamado Níger; Lucio, el de Cirene; Manahén, hermano de leche del tetrarca Herodes, y Saulo. 

Un día que estaban celebrando el culto al Señor y ayunaban, dijo el Espíritu Santo: 

«Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado». 

Entonces, después de ayunar y orar, les impusieron las manos y los enviaron. Con esta misión del Espíritu Santo, bajaron a Seleucia y de allí zarparon para Chipre.

Llegados a Salamina, anunciaron la palabra de Dios en las sinagogas de los judíos. 

Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 66, 2-3. 5. 6 y 8 (R.: 4)

R. Oh, Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.

V. Que Dios tenga piedad y nos bendiga, ilumine su rostro sobre nosotros; conozca la tierra tus caminos, todos los pueblos tu salvación.

R. Oh, Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.

V. Que canten de alegría las naciones, porque riges el mundo con justicia y gobiernas las naciones de la tierra.

R. Oh, Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.

V. Oh, Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben. Que Dios nos bendiga; que le teman todos los confines de la tierra.

R. Oh, Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.

Aleluya

Cf. Jn 8, 12b

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V.Yo soy la luz del mundo —dice el Señor—; el que me sigue tendrá la luz de la vida.

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

Evangelio

Jn 12, 44-50

“Yo he venido al mundo como luz”

+Lectura del santo Evangelio según san Juan.

En aquel tiempo, Jesús gritó diciendo: 

«El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me ha enviado. Y el que me ve a mí, ve al que me ha enviado. Yo he venido al mundo como luz, y así, el que cree en mí no quedará en tinieblas. 

Al que oiga mis palabras y no las cumpla, yo no lo juzgo, porque no he venido para juzgar al mundo, sino para salvar al mundo. El que me rechaza y no acepta mis palabras tiene quien lo juzgue: la palabra que yo he pronunciado, esa lo juzgará en el último día. Porque yo no he hablado por cuenta mía; el Padre que me envió es quien me ha ordenado lo que he de decir y cómo he de hablar. Y sé que su mandato es vida eterna. Por tanto, lo que yo hablo, lo hablo como me ha encargado el Padre».

Palabra del Señor.

Martes 10 de Mayo 2022

MARTES DE LA IV SEMANA DE PASCUA, feria

Primera lectura

Hch 11, 19-26

“Se pusieron a hablar a los griegos, anunciándoles la Buena Nueva del Señor Jesús”

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles.

En aquellos días, los que se habían dispersado en la persecución provocada por lo de Esteban llegaron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía, sin predicar la palabra más que a los judíos. Pero algunos, naturales de Chipre y de Cirene, al llegar a Antioquía, se pusieron a hablar también a los griegos, anunciándoles la Buena Nueva del Señor Jesús. Como la mano del Señor estaba con ellos, gran número creyó y se convirtió al Señor. 

Llegó la noticia a oídos de la Iglesia de Jerusalén, y enviaron a Bernabé a Antioquía; al llegar y ver la acción de la gracia de Dios, se alegró y exhortaba a todos a seguir unidos al Señor con todo empeño, porque era un hombre bueno, lleno de Espíritu Santo y de fe. Y una multitud considerable se adhirió al Señor. 

Bernabé salió para Tarso en busca de Saulo; cuando lo encontró, se lo llevó a Antioquía. Durante todo un año estuvieron juntos en aquella Iglesia e instruyeron a muchos. Fue en Antioquía donde por primera vez los discípulos fueron llamados cristianos.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 86, 1b-3. 4-5. 6-7 (R.: 116, 1a)

R.Alabad al Señor todas las naciones.

V. Él la ha cimentado sobre el monte santo; y el Señor prefiere las puertas de Sion a todas las moradas de Jacob.¡Qué pregón tan glorioso para ti, ciudad de Dios!

R.Alabad al Señor todas las naciones.

V. «Contaré a Egipto y a Babilonia entre mis fieles; filisteos, tirios y etíopes han nacido allí». Se dirá de Sion: «Uno por uno, todos han nacido en ella; el Altísimo en persona la ha fundado».

R.Alabad al Señor todas las naciones.

V. El Señor escribirá en el registro de los pueblos: «Este ha nacido allí». Y cantarán mientras danzan: «Todas mis fuentes están en ti».

R.Alabad al Señor todas las naciones.

Aleluya

Jn 10, 27

R.Aleluya, aleluya, aleluya.

V.Mis ovejas escuchan mi voz —dice el Señor—, y yo las conozco, y ellas me siguen.

R.Aleluya, aleluya, aleluya.

Evangelio

Jn 10, 22-30

“Yo y el Padre somos uno”

+Lectura del santo Evangelio según san Juan.

Se celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación del templo. Era invierno, y Jesús se paseaba en el templo por el pórtico de Salomón. 

Los judíos, rodeándolo, le preguntaban: 

«¿Hasta cuándo nos vas a tener en suspenso? Si tú eres el Mesías, dínoslo francamente». 

Jesús les respondió: 

«Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, esas dan testimonio de mí. Pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas. Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano. Lo que mi Padre me ha dado es más que todas las cosas, y nadie puede arrebatar nada de la mano de mi Padre. Yo y el Padre somos uno».

Palabra del Señor.